La implantología es la especialidad odontológica que se dedica a la reposición de órganos dentarios perdidos. Se lleva a cabo por medio de la instalación de postes de titanio incrustados en los maxilares, a manera de raíces (dentro del alveolo óseo) y que luego pueden portar dientes artificiales en una parte diseñada para ello.
El implante dental, es un producto sanitario destinado a ser el sustituto artificial de la raíz de un diente perdido. Habitualmente tiene forma roscada y está fabricado con materiales biocompatibles que no producen reacción de rechazo y permiten su unión al hueso. La superficie del implante puede presentar diferentes texturas y recubrimientos, utilizadas habitualmente para aumentar su adhesión al hueso (osteointegración si es de titanio y biointegración si se trata de un material cerámico).
Es el más empleado para implantes por su alta estabilidad química y buenas propiedades de biocompatibilidad. Mecánicamente, su dureza le permite soportar elevadas cargas oclusales producidas durante la masticación, y su módulo elástico es muy parecido al del hueso. Los implantes pueden ser fabricados de titanio puro, o con titanio en aleación con aluminio y/o vanadio. Este material, permite la osteointegración del implante, siempre que su superficie no sea lisa.
Los implantes pretenden reemplazar de forma natural los dientes perdidos, sin necesidad de dañar los dientes contiguos y de una manera estéticamente armoniosa y funcionalmente cómoda y eficaz.
La materia de los dientes sanos se conserva, no siendo necesario dañar los dientes adyacentes.
Existen ciertos requerimientos médicos que tendrá que valorar el profesional antes de indicar un tratamiento con implantes: enfermedades cardiacas, alteraciones de la coagulación, tratamiento previo de radioterapia, etc. Es imprescindible que el crecimiento óseo haya concluido, es decir, a partir de los 18 o 20 años hasta pacientes de edad muy avanzada. El estado de salud del resto de los dientes ha de ser óptimo, es decir, libre de infecciones como caries o problemas de encías. Por eso, antes de iniciar un tratamiento de implantes es conveniente sanear toda la boca: limpieza bucal, empastes necesarios, etc.
El implante dental es una base artificial que reemplaza la raíz del diente natural. El cuerpo o raíz del implante se introduce quirúrgicamente en la mandíbula o en el maxilar mediante un sencillo procedimiento. Al cabo de unas 6 semanas el implante cicatriza y se suelda al hueso. Tras este tiempo de espera se coloca la corona sobre el implante ya fijado.
Consiste en la colocación del implante en el hueso. El procedimiento quirúrgico es sencillo. Se realiza una leve incisión en la encía para acceder al hueso, en el cual se labra un nuevo lecho o alvéolo donde se introduce el implante. Finalmente se sutura de nuevo la encía. Se esperará 7-10 días para retirar los puntos.
Tras la colocación del implante, éste requiere un período de cicatrización de unas 6 semanas, tiempo tras el cual da comienzo la fase protética o elaboración de la prótesis. Primeramente se toma una medida de la boca del paciente para confeccionar un modelo de trabajo para el laboratorio. El modelo consiste en una perfecta réplica de la boca que reproduce fielmente la posición de los dientes y de los implantes. Después de tomar la medida el laboratorio confeccionará la prótesis sobre el modelo y el dentista la probará al menos 2 veces antes de su colocación definitiva, para asegurar un perfecto ajuste y adaptación a la forma, tamaño y color del resto de los dientes.
Al igual que los dientes, los implantes exigen un cuidad minucioso diario. Este cuidado será imprescindible para asegurar un buen comportamiento de la prótesis a largo plazo. El dentista será quien deba instruir al paciente, en función del tipo de prótesis.
Tras la colocación de los implantes, los pacientes no suelen referir molestias. En caso de que se presenten, se puede medicar al paciente con analgésicos y antinflamatorios, que calman la molestia en su totalidad. Tras concluir la cirugía, el paciente ha de colocarse una bolsa de hielo con el fin de evitar la hinchazón. A veces se produce un leve hematoma en la zona, que se soluciona en unos pocos días. El tabaco es un fiero enemigo del tratamiento con implantes, ya que en personas fumadoras, el riesgo de infección de un implante es hasta 16 veces mayor que en personas que no fuman.
En general es un procedimiento sencillo, que no empuja al paciente a pasar por un trauma importante o un período de invalidez. El día después de la cirugía, el paciente ya puede realizar una vida completamente normal, extremando la higiene bucal. La intervención no suele plantear mucha dificultad, por lo que en la mayoría de las ocasiones las molestias no hacen acto de presencia. 7-10 días después se retiran los puntos.
La falta de un solo diente suele presentar en la mayoría de los casos una solución sencilla. Se coloca un implante en el espacio vacío reemplazando la raíz perdida. Por lo general, pasados unos 2 meses se coloca definitivamente la corona. Este suele ser uno de los casos más fáciles de rehabilitar. El paciente portador de implantes siempre tiene una sensación reconfortante, ya que siente los dientes fijos y seguros, lo cual le da más confianza al reconocer los implantes como sus propios dientes. La eficacia masticatoria, la fonación y la estética son ya una realidad gracias a los implantes dentales.
Las prótesis fijas suelen confeccionarse en porcelana con núcleo metálico (aleación de Cromo-Cobalto, Titanio, etc.) o en ocasiones de un material acrílico (más económico). Estas prótesis se acoplan sobre los implantes bien de forma atornillada o bien de forma cementada. En ambos casos, las prótesis quedan fijas y firmes en la boca no se mueven al masticar.
Las rehabilitaciones fijas sobre implantes pueden realizarse para reponer un único diente, un grupo de dientes, una arcada completa o toda la boca. Cuando se repone toda la boca, no es preciso colocar un implante dental por cada diente perdido, sino que en función de la calidad y cantidad de hueso y en función de las características de la boca de cada paciente, será el profesional el que estime cuántos implantes se han de colocar y en qué posición.
En personas que por razones económicas quieran recuperar los dientes de una forma más asequible, existen las sobredentaduras. Consisten en dentaduras postizas completas tradicionales , realizadas en acrílico, que se mantienen firmes y sujetas al hueso por medio de 2 ó 4 implantes.
La diferencia con las prótesis completas convencionales radica en un menor volumen (más cómodas), ausencia completa del paladar (menos náuseas) e incorporación de sistemas de fijación.
Se trata de unas prótesis que constan de 2 componentes: